Un poco de historia

En la América precolombina el cacao se tomaba frío y especiado a base de chile, vainilla y probablemente canela, quizá endulzado con miel ya que el azúcar no sería conocida hasta que Colón la lleva a las Américas procedente de las Islas Canarias y de las costas de Granada. El chocolate no tenía nada que ver  con el que tomaban los indígenas mejicanos a la llegada de los españoles, solo tenían en común el cacao.

Se preparaba el chocolate añadiendo al cacao en justa proporción, vainilla y pimienta, también se mezclaba el cacao con harina de maíz, a fin de darle espesor y aumentar su volumen. Esta es una forma de preparar el chocolate que prevalece hoy día en Méjico, cuando se tuesta la harina de maíz que interviene en la bebida de chocolate, el producto resultante es llamado pinole.

Se ha creído siempre que la incorporación de los “endulzantes” fue a partir de la época colombina, pero con anterioridad ya se utilizaban las mieles, que eran perfectamente conocidas, bien la de abejas o las de ágave o maguey.

El chocolate, ya en España, sufrirá transformaciones sobre todo a partir de su introducción en los restantes países europeos, principalmente Francia, Inglaterra e Italia que contribuirían a que se eliminaran las especies indígenas en la fabricación del chocolate y llegar al chocolate tal y como se conocía en el siglo XX. Pero queremos resaltar que hoy día se tiende a crear chocolates con las especias que utilizaban los aztecas pero con la suavidad de los chocolates finos, y es toda una apuesta a la creatividad, las creaciones de los maestros chocolateros, incorporando ingredientes tan inimaginables en un chocolate como deliciosos son los nuevos sabores y aromas que nos ofrecen. No solo en los chocolates sólidos para comer sino en los chocolates como bebida, aquella bebida legendaria que los mayas y aztecas afirmaban era la bebida de los dioses….