“Hombres y mujeres de todo el mundo, raza y condición, consumen diariamente millones de tazas de café, ese brebaje “negro como el diablo, caliente como el infierno, dulce como el amor y puro como el ángel” que levanta el ánimo y establece un puente de amistad. Pocas bebidas despertó jamás mayores elogios a lo largo de la historia, ninguna fue tan perseguida por musulmanes y cristianos, ni tan combatida por  taberneros y cultivadores de té”.  Ignacio de la Mota.

 


 

“Tan antiguo como las tribus y tan moderno, el café se adapta a todos los tiempos y lugares, puede ser una bebida romántica, es un potente estimulante y puede tomarse a diario. Su historia está llena de anécdotas de pasión e intriga y a la vez es una sabrosa bebida del desayuno, del descanso de media mañana. Apreciada por su fascinante gama de sabores y estilos, utilizada como estimulante, el café excita y ayuda a que el cerebro se compenetre con el resto del cuerpo. Sus aromas pueden alejarnos de  nuestro problemas de cada día, sorberlo tranquilamente y ver el mundo con otros ojos”. Hattie Ellis.

 


 

“Pocas infusiones pueden considerarse tan versátiles y universales como el café. Con leche al desayuno, negro, sólo y aromático, tras la comida o cena; cortado, en las pausas a lo largo de todo el día … el café se ha convertido en una bebida imprescindible cuyos efectos estimulantes son parte de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, el café, tan consumido como desconocido, apenas si es considerado algo mas que una bebida estimulante, un recurso contra el sueño y la fatiga, una adicción, y así un mundo de aromas, sabores y paisajes sugerentes queda oscurecido por cierta ignorancia”.  Carlos Delgado.